jueves, 28 de febrero de 2013

Lo más importante es DIOS

¡¡Gracias Santo Padre!!

La misión que Dios le encomendó llega a su fin.

Gastarse en el amor de Cristo es la mejor tarea que podría realizarse.

Aceptar el timón de la Iglesia con 78 años fue un a Cristo ejemplar y un NO a mis planes, a mis miedos, a mis frustraciones personales.

A la edad más que rebasada de la jubilación, Su Santidad decidió poner al servicio de Cristo y de la Iglesia la experiencia de su vida.

Ahora, en el momento de la debilidad, lo difícil es renunciar al encargo recibido.

A lo que un día dijo SÍ, hoy dice NO, y lo hace por amor a la Iglesia y a Cristo.

Esta es la lección: en el amor y en el servicio no valen recetas prestablecidas, no valen fórmulas estandarizadas; de lo que se trata es de amar y de escuchar la voz de Dios en el corazón.

Es un ejemplo para todos nosotros, un ejemplo de padre en la fe.

No fue elegido cabeza de la Iglesia peregrina en la tierra por casualidad. No.

Gracias por su doctrina, por sus palabras siempre profundas y espirituales, por su enseñanza de maestro, por su cariño de padre. Gracias por elegir siempre lo mejor para la Iglesia y no para su bienestar. Gracias por abrazar hasta el fin la cruz. Gracias por mostrarnos el camino de la humildad y de la sumisión al nuevo sucesor de Pedro.

Nuestro corazón estará con el nuevo Papa pues a él le tocará la misión de conducirnos en la lucha contra el mal que ataca ferozmente a la Iglesia sin descanso; pero nuestra mirada no podrá dejar de volverse hacia el monasterio en el que se recluirá en adelante. No podremos olvidar todo lo recibido, ni el ejemplo de su vida y su serenidad. Esperamos el día en que podamos volverle a ver en este mundo en alguna celebración, pues se nos ensanchará el corazón de volverle a ver.

Hoy le ha dado la lección al mundo de que lo verdaderamente importante es Dios, que ésta es su obra y no la nuestra y que no recibiremos sino el salario prometido al obrero de la viña.

Gracias por todo.

2 comentarios:

  1. Coherencia y humildad definen la actitud de Benedicto XVI. Que Dios le bendiga para siempre.

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  2. QUE EL DIOS TODOPODEROSO SIGA BENDICIENDO A SU SANTIDAD, BENEDICTO XVI; TODO EL AMOR QUE NOS BRINDÓ EN CADA UNA DE LAS DECISIONES QUE TOMÓ, PARA LA CONDUCCIÓN DE NUESTRA SANTA MADRE IGLESIA, QUE DIOS SE LO PAGUE CON INFINITAS BENDICIONES.

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